Destrucción Ambiental: La Tragedia Silenciosa del Arroyo Yuquerí Grande

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La escena se repite como una macabra realidad, una pesadilla que se extiende por el sur de Concordia, en la zona de Benito Legerén. En la desembocadura del arroyo Yuquerí Chico, donde las aguas deberían ser un reflejo de vida, cientos de peces muertos se acumulan, una muestra cruel y silenciosa del daño irreparable que acecha al ecosistema local. La alarma es cada vez más fuerte, y la preocupación crece entre vecinos y pescadores, quienes denuncian que la contaminación de las aguas, vertida por las fábricas y el parque industrial cercanos, es la causa principal de esta mortandad masiva. (Sería objeto de otra publicación hacer referencia a la filtración de las napas contaminadas del campo del abasto que filtran hacia el arroyo yuquerí chico en las inmediaciones de Camba Paso- totalmente contaminado -)

Este fenómeno, lejos de ser una excepción, ha comenzado a convertirse en una tragedia recurrente. Hace apenas días, se registró otra mortandad de peces en el mismo arroyo, y la imagen es la misma: un río que se convierte en una fosa sin vida, donde los cuerpos inertes de peces, ahogados en veneno, flotan sin rumbo. Los residentes de la zona, quienes han sido testigos de esta devastación, no dudan en señalar la responsabilidad de los afluentes industriales que vierten desechos sin control alguno, despojando al arroyo de su pureza y sumiendo en un abismo de contaminación lo que antes era un recurso vital.

El arroyo Yuquerí Chico, antaño un símbolo de vida y frescura, ha perdido su transparencia, su esencia. Ahora, las aguas que alguna vez fueron un refugio para la fauna local se presentan como un veneno imparable, que afecta no solo a los peces, sino también a las comunidades que dependen de este vital curso de agua para su sustento y su calidad de vida. La degradación es evidente, y la desesperación se apodera de quienes han visto cómo un ecosistema entero se desploma ante sus ojos.

Con voces cargadas de angustia, los vecinos claman por la intervención urgente de las autoridades. Exigen que la Dirección de Ambiente actúe de inmediato, implementando un monitoreo riguroso sobre los vertidos industriales y adoptando medidas eficaces para detener este crimen ambiental. La salud del arroyo Yuquerí Chico y de todo el ecosistema que lo rodea está en juego, y cada día que pasa sin respuesta se acerca más al punto de no retorno.

GRAVE PROBLEMA ACTUAL Y FUTURO

Señalan los vecinos que es un problema recurrente , la degradación del arroyo , cuando empiezan a percibir el olor nauseabundo de los desechos , propios de los desechos cítricos en fermentación, resultado del procesamiento industrial .

Mayor será la sorpresa en el conocimiento de toda la población circundante, que al momento de ponerse en actividad de la futura planta de tratamiento ( tratamiento de ventilación aeróbica) a la vera de dicho arroyo, (lugar elegido por la anterior gestión municipal, que tuvo serias objeciones en la asamblea pública) dicha planta se encuentra supeditada su construcción a la percepción de los fondos proporcionados por CARU, los cuales se prometieron en varias ocasiones ( solo por referencia la ciudad de Salto pudo resolver este problema hace unos años con los mismos fondos).

Mayoritariamente la población de Concordia, desconoce ( o trata de mirar hacia otro lado de lo que pasa con sus desechos cloacales ) que lamentablemente se vuelcan las 24 hs sin tratamiento alguno al río Uruguay , con la gravedad de que pescadores artesanales buscan en su desembocadura el alimento para su familia y tambien para la venta callejera. No solo en tres puntos de la ciudad de Concordia (casco céntrico se produce el volcado sin tratamiento), sino que tambien – y mas grave aún – es el área poblacional de «La Bianca» , Barrio «dos Naciones» y asentamientos cercanos que vuelcan todos sus residuos cloacales de forma directa hacia el río Uruguay ( cercanía de playa de los tomates) debido a que hace varios años se anuló la planta de tratamiento allí construida , para conducir todo en un caño maestro conectado a la red de la ciudad.

Si no se actúa con rapidez, la amenaza que pesa, en este caso sobre el arroyo podría ser irreversible. Este pequeño curso de agua, que alguna vez fue un refugio de biodiversidad, corre el riesgo de convertirse en un desierto acuático, condenado por la indiferencia y la irresponsabilidad humana. Las voces de los afectados resuenan con un único grito: ¡Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde!

Redacción : Análisis Litoral

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