«No puedo abrir un juicio de valor, son cuestiones personales», expresó Gonzalo Belloso.
El bicampeón de América con la Selección argentina Ángel Di María advirtió en su cuenta personal de Instagram que hay gente que no quiere su vuelta a Rosario Central. FOTO NA: angeldimariajm
El presidente de Rosario Central, Gonzalo Belloso, habló tras el frustrado regreso de Ángel Di María a la entidad y aseguró que fue “por falta de garantías en la seguridad”, aunque remarcó que no puede “abrir un juicio de valor”.
«La vuelta de Angelito era un sueño para todos. Para mí, comenzó mucho antes de ser presidente de Central, en largas charlas con él y otros exjugadores», reveló el mandatario.
«A lo largo del último año, creció mucho la idea de que él venía. Fuimos haciendo muchas cosas en conjunto. El club todos los días crece un poquito. Creíamos y creemos que estábamos en un gran momento para recibirlo, con un plantel afianzado, con muchos refuerzos, un técnico de la casa y una estructura sólida del club. Era el mejor momento para que pudiese venir», sostuvo.
Además, Belloso reveló que Di María les comunicó formalmente su decisión este último sábado, al mismo tiempo que Rui Costa, presidente de Benfica, anunció su continuidad.
«Él nos informó luego de las amenazas que empezó a poner en duda la posibilidad de venir, que no se sentía seguro y que iba a tomar una decisión finalizando la Copa América. El sábado a la tarde nos comunicamos con él, me dijo la decisión, que no sentía las garantías de seguridad para él y su familia. Ante eso, no puedo abrir un juicio de valor, son cuestiones personales», dijo en declaraciones radiales.
A su vez, el presidente del club rosarino dejó en claro que respetan «muchísimo sus decisión» y también negó haber discutido sobre la duración del vínculo si volvía a Central.
“Estamos mirando lo que viene. Es un caso cerrado. Lo hago oficial porque él me lo hizo oficial el sábado. De todo lo que se dijo en este último tiempo, hay poquísimo que sea cierto. Nunca hablamos de duración de contrato. Nunca pidió jugar cuatro meses, dos meses o dos años. Simplemente estuvo evaluando si retornaba o no, si lograba sentirse seguro con la familia”, remarcó.