Hoy, el país tiene como uno de los temas principales el escandaloso caso del senador nacional entrerriano Edgardo Kueider, detenido en Paraguay con 200 mil dólares de dudosa procedencia, presuntamente obtenidos a cambio de favores políticos. Este medio lleva años denunciando las irregularidades de Kueider, a pesar de enfrentar embates judiciales para acallarnos. La complicidad de la Justicia y el poder político entrerriano permitió que Kueider siguiera operando hasta convertirse en lo que hoy es: una figura emblemática de la corrupción.
Durante años, Kueider se movió en las sombras, esquivando la exposición pública que su cargo requería. Fue apodado “el monje negro”, y su pasado político sigue siendo un misterio para muchos. Es difícil explicar cómo alguien con una modesta experiencia como concejal y años de actividad como operador político en el anonimato terminó ocupando una banca en el Senado. Su ascenso comenzó bajo el ala de Gustavo Bordet que posibilitó su encumbramiento, con quien se alineó en Entre Ríos, y luego consolidó su posición aliándose con el sector de Milei, convirtiéndose en un voto clave para la aprobación de leyes. Quienes lo conocen destacan su falta de escrúpulos y su afán por convertir todo en un negocio personal, acumulando propiedades, empresas y, recientemente, 500 mil dólares en Paraguay que no puede justificar.
Este medio documentó desde hace años los pasos en falso de Kueider, quien era la columna vertebral del gobierno provincial. Manejó las campañas políticas del PJ y controló el acceso a Bordet, convirtiéndose en un filtro obligatorio para cualquier político o empresario que quisiera entrevistarse con el entonces gobernador.
En su rol como secretario de la Gobernación, Kueider extendió su influencia a todos los ámbitos del Poder Ejecutivo. Luego junto a Laura Stratta, manejaron discrecionalmente los contratos del Senado ya que sin su firma no salía nada. Aunque el cuerpo cuenta con 226 agentes en planta permanente y 19 contratados de servicio, en 2023 se descubrieron 1,306 contratos adicionales de obra, que eran imposibles de rastrear al no realizar aportes previsionales ni sociales. Estos contratos, algunos de hasta dos millones de pesos, incluían nombres de allegados a Kueider, como su hijo Facundo y su primo Ernesto Rubel, socio en la empresa Betail S.A. Rubel, imputado y procesado, nunca habría puesto un pie en el Senado. Hoy Laura Stratta denunciada penalmente por esto y otros hechos en su paso como Ministra de Desarrollo Social, está siendo investigada por el fiscal Gonzalo Badano.
Entre sus «obras maestras» destaca la revista Semanario ABZ, publicada por la empresa Multimedios Regional SRL, asociada a Kueider y vinculada a financieras disfrazadas de mutuales que explotaban a empleados públicos. Esta revista, que recibía exorbitantes sumas en pauta oficial, se convirtió en una de las publicaciones más caras del mundo, hasta que las denuncias de este medio lograron que un fiscal Francisco Ramirez Montrul identificara el desvío de fondos como un delito.
Lejos de ser procesado por Ramirez Montrull, Kueider usó su poder para encabezar la lista de senadores en 2019, asegurándose los fueros parlamentarios y paralizando las investigaciones en su contra en Entre Ríos. Desde su banca en el Senado nacional, no solo continuó sus maniobras, sino que amplió sus horizontes de negocios, aprovechando las necesidades del gobierno de Milei, que carece de representación en la Cámara Alta.
El reciente arresto de Kueider en Paraguay marcó un giro en la historia. Fue detenido con 200 mil dólares en efectivo, pero no por la Justicia entrerriana, que apenas había comenzado a indagarlo, ni por la Justicia argentina, que ya lo investigaba por sus vínculos con ENERSA y el pago de sobornos por parte de los Tórtul. Fue la Justicia paraguaya la que actuó, invalidando sus fueros y procesándolo por flagrante delito.
Sin embargo, el proceso sigue lleno de interrogantes. ¿Por qué fue requisado tras cruzar la frontera 166 veces en la última década? ¿Cómo logró el arresto domiciliario en tiempo récord? ¿De dónde salió la cuantiosa suma para pagar su fianza y la de su secretaria, Iara Guinsel Costa?
En los últimos días, salieron a la luz audios comprometedores entre Kueider y una tal Karina, en los que se evidencia que, durante la campaña de 2023, ya negociaba acuerdos con los libertarios. Esto refuerza la percepción de que su banca, obtenida con votos peronistas, fue puesta al servicio de Milei, no por convicción política, sino por conveniencia económica.
Cuando fue detenido, Kueider intentó responsabilizar a su secretaria, afirmando que el dinero incautado pertenecía a una empresa paraguaya de importación de la que ella sería socia. Sin embargo, este argumento parece otro intento desesperado por esquivar su responsabilidad.
No es casualidad que sea la Justicia extranjera la que finalmente le “pusiera el cascabel al gato”. Sin la protección de sus contactos en Entre Ríos, Kueider enfrenta ahora un escenario complejo. Mientras cumple arresto domiciliario, su situación se agrava tras los allanamientos realizados por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado en propiedades vinculadas a él en Paraná, Concordia y Buenos Aires, que promete mostrar un abanico de involucrados e impensados «cómplices» . La solicitud de detención marca el principio del fin para quien, durante años, se creyó intocable.