HealthDay News) — Esa envoltura de plástico que se encuentra alrededor de los alimentos que se consumen dista mucho de ser inocua: un estudio reciente muestra que más de 3.600 sustancias químicas se filtran en los alimentos durante el proceso de empaquetado.
De ese número, se sabe que 79 sustancias químicas causan cáncer, mutaciones genéticas y problemas endocrinos y reproductivos, informó un equipo de investigadores internacionales el martes en el Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology.
“Nuestra investigación ayuda a establecer el vínculo entre las sustancias químicas en contacto con los alimentos y la exposición humana, destaca las sustancias que se pasan por alto en los estudios de biomonitorización y respalda la investigación sobre materiales más seguros en contacto con los alimentos”, señaló en un comunicado de prensa sobre el estudio la autora principal del trabajo, Birgit Geueke, directora científica principal del Foro de Empaquetado de Alimentos, una organización sin fines de lucro.
Los expertos quedaron atónitos por la magnitud de los hallazgos. “Este es un número asombroso y muestra que los materiales en contacto con los alimentos son una fuente significativa de sustancias químicas en los humanos”, dijo a CNN Martin Wagner, profesor de biología en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim.
“El estudio es el primero en vincular sistemáticamente los productos químicos que usamos en los materiales para empaquetar y procesar los alimentos con la exposición humana”, dijo Wagner, que no participó en la investigación.
Aunque los materiales de envasado de alimentos podrían cumplir con las regulaciones gubernamentales, el estudio muestra que estos productos podrían no ser del todo seguros, señaló la autora principal del estudio, Jane Muncke, directora gerente y directora científica del Foro de Envasado de Alimentos.
“No sabemos exactamente cuál es la cantidad que se ha utilizado en los envases de alimentos u otros materiales en contacto con los alimentos en comparación con la cantidad que se utiliza para cosméticos, productos de cuidado personal, textiles, etc., ¿verdad? Me gustaría tener esa información”, dijo a CNN. “Creo que sería fantástico convertir en un requisito regulatorio para las empresas declarar cuánto y qué tipo de productos químicos están poniendo en mi comida o botella de agua de plástico”.
En respuesta a los hallazgos, el Consejo Americano de Química enfatizó que sus miembros se dedican a la seguridad alimentaria.
“Sin embargo, al evaluar los riesgos potenciales es esencial considerar un contexto más amplio, que incluya los marcos regulatorios existentes, la evidencia científica y los niveles y grados reales de exposición que pueden existir”, dijo un portavoz del consejo a CNN. “Cualquier acción propuesta que carezca de este contexto, particularmente cuando la causalidad no se ha establecido definitivamente, es inconsistente con las leyes de regulación química de EE. UU. basadas en el riesgo”.
Una sustancia química conocida y omnipresente que el estudio detectó tanto en los alimentos como en el cuerpo humano fue el bisfenol A (BPA), que se usaba en biberones, tazas para sorber y envases de fórmula infantil hasta que los padres boicotearon esos productos hace más de una década, informó.
El BPA se ha vinculado con anomalías fetales, bajo peso al nacer y trastornos cerebrales y conductuales en bebés y niños, mientras que se vincula con la diabetes, la enfermedad cardiaca, la disfunción eréctil, el cáncer y un riesgo más alto de muerte prematura en los adultos, reportó CNN.
Luego estaban las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), que están presentes en la sangre de aproximadamente el 98% de los estadounidenses, según las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.
Otra sustancia química que los investigadores descubrieron en los cuerpos humanos fueron los ftalatos, que se han vinculado con malformaciones genitales y testículos no descendidos en los bebés varones, y con unos recuentos más bajos de espermatozoides y niveles de testosterona en los hombres adultos, informó CNN. Otros estudios han relacionado los ftalatos con la obesidad infantil, el asma, los problemas cardiovasculares, el cáncer y la muerte prematura.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores compararon 14.000 sustancias químicas que se sabe que entran en contacto con los alimentos durante el proceso de envasado con bases de datos internacionales que monitorean la exposición humana a las toxinas químicas.
Para comparar lo que se encontró en las personas y las sustancias químicas que se sabe que migran durante el procesamiento de los alimentos a los alimentos, el equipo de Muncke observó las bases de datos nacionales y regionales que rastrean las sustancias químicas en muestras de sangre, orina, leche materna y tejido humanos.
Tener una sustancia química en tu cuerpo no siempre significa que la sustancia química sea dañina, “pero se supone que no debes nacer con ninguna sustancia química dentro de ti”, dijo a CNN Melanie Benesh, vicepresidenta de asuntos gubernamentales del Grupo de Trabajo Ambiental. “La pregunta más importante es ¿realmente necesitamos estos productos químicos para procesar nuestros alimentos? Cuando hay sustancias químicas en nuestros cuerpos que sabemos que tienen el potencial de causarnos daño, debemos eliminar todas las rutas de exposición que podamos”.
Lograr ese noble objetivo podría resultar un desafío: en noviembre de 2022, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE. UU. publicó un informe que detallaba las limitaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para monitorear la seguridad alimentaria de la nación, incluida la falta de autoridad legal de la agencia sobre los fabricantes de alimentos.
Pero Jim Jones, comisionado adjunto de la FDA para alimentos humanos, le dijo al subcomité de salud del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes la semana pasada que la FDA ahora ha hecho de la seguridad química de los alimentos una prioridad.
“Sin embargo, también hay brechas importantes que deben abordarse a medida que emprendemos el trabajo para fortalecer nuestras actividades de inocuidad de los productos químicos alimentarios”, testificó. “El acceso inmediato a la información de seguridad y a los datos de exposición de los consumidores sobre los productos químicos que necesitan revisión nos ayudaría a realizar evaluaciones y reevaluaciones de seguridad más rápidas y sólidas. El acceso a estos datos permitiría a la FDA tomar las medidas regulatorias necesarias de manera oportuna para proteger a los consumidores y ayudar a garantizar la seguridad alimentaria”.
Por primera vez, la FDA llevará a cabo una audiencia pública el 25 de septiembre que se centrará en mejorar su evaluación de las sustancias químicas que se encuentran en los alimentos.
“Esto no tiene precedentes”, dijo Benesh. “Esta es la primera vez que la FDA habla de poner en marcha un programa de revisión riguroso que pone la salud humana en primer lugar, que pone la seguridad química en primer lugar, y que restaura parte de la confianza que los consumidores han perdido en la agencia”.
Más información: El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. ofrece más información sobre la seguridad alimentaria.
FUENTE: Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology, 16 de septiembre de 2024; CNN
*Robin Foster HealthDay Reporter
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