Después de Navidad, más de 6.000 personas viajan por día a Chile para pasar vacaciones y hacer compras; el regreso a la Argentina se cumple en apenas unos 20 minutos
Arrancó el “veranito chileno” para los argentinos, sobre todo los mendocinos, como ya es tradición en las playas trasandinas. Así, con el correr de los días, de cara a la celebración de Año Nuevo y para ser parte de la primera quincena de enero en las aguas del Pacífico, son cada vez más los ciudadanos que deciden armar las valijas y cruzar la Cordillera de los Andes.
Eso sí, hay que armarse de paciencia. Es un déjà vu inevitable: todos los años la misma historia de largas filas y demoras. En las últimas horas, en las puertas del fin de semana, la espera pasó a ser insoportable: este jueves y viernes hubo que aguardar hasta 7 horas en el complejo aduanero trasandino Los Libertadores para llegar a realizar los trámites de ingreso en el vecino país, donde los turistas no solo disfrutarán de sus vacaciones sino que aprovecharán para hacer compras a precios “súperconvenientes”. Como contrapartida, para ingresar en la Argentina la demora es muy escasa, llegando a tener un promedio de 20 minutos en el complejo Los Horcones. Desde la Coordinación de Fronteras, con ambos complejos habilitados las 24 horas, indicaron que el movimiento es constante y podría incrementarse en los jornadas venideras aunque intentan que los tiempos de espera vayan mermando. “Por momentos, en Los Libertadores están trabajando como locos, con muchísima gente que busca pasar unos días en Chile, pero hay que armarse de paciencia porque los controles son estrictos”, comentaron.
Así, desde que comenzó la semana, antes de Navidad, el movimiento empezó a incrementarse, llegando a pasar en los últimos días al vecino país más de 6.000 personas por jornada, cifra que se irá incrementando en las próximas horas, sobre todo el 31 de diciembre y los primeros días de 2025.
“Paradores de espera”
Por este motivo, desde el gobierno de Mendoza activaron un plan de contingencia en todo el corredor bioceánico para que los vehículos aguarden en sitios con algunas comodidades y servicios, sobre todo porque las condiciones meteorológicos no son las mejores. De hecho, para este fin de semana también se esperan tormentas en la zona de la alta montaña. Así, se pusieron en marcha los “paradores de espera” para los automovilistas frente a las dilaciones aduaneras, a las que califican de “torturas”. Dos paradores están ubicados en Penitentes y Puente del Inca, pasando la localidad de Uspallata, mientras que más cerca de la frontera se encuentran los playones de Las Cuevas y Punta de Vacas. En este sentido, se busca una mayor seguridad vial y conducción responsable, ya que durante diciembre se produjo una escalada de accidentes de tránsito en la zona, con una importante cantidad de conductores de autos y camiones que infringían las normas de tránsito, sobre todo al cruzar la doble línea amarilla. “Se observa mucha imprudencia de conductores argentinos sobrepasando filas entre camiones y vehículos particulares”, indicaron las fuentes consultadas.
En tanto, esta situación de alta demanda turística, obligó a las autoridades de ambas naciones a disponer de más casillas de atención y de mayor personal en la zona fronteriza, sobre todo en la aduana trasandina, que realiza controles exhaustivos a quienes ingresan a Chile, sobre todo por las restricciones de portar algunos alimentos de origenes animal y vegetal. De hecho, toda persona deberá efectuar una declaración jurada, indicando qué productos porta, a través del Formulario de Declaración Jurada del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Servicio Nacional de Aduanas (https://www.aduana.cl/formulario-sag-aduana/aduana/2018-12-28/084211.html).
Como ya es una costumbre, los argentinos vacacionan durante enero en los principales destinos de mar en la nación vecina, como Concón, Reñaca, Viña del Mar, Valparaíso, Coquimbo y La Serena; los chilenos suelen tomarse el descanso veraniego recién en febrero. También, hay quienes deciden darse una vuelta por Santiago de Chile para realizar alguna compra, aunque en los destinos de playa existen centros comerciales e hipermercados que ofrecen productos y servicios a valores más convenientes que en la Argentina.