«Se veía venir» Diarco cerró sus dos sucursales y dejó a 38 empleados en la calle

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El mayorista Diarco llegó a Concordia hace más de 14 años, pero fue hace menos de dos cuando inauguró su sucursal en Sarmiento, entre Vélez Sarsfield y Urdinarrain. Sin embargo, este jueves, a tan solo un mes de las fiestas de fin de año, la empresa decidió cerrar ambos locales y despedir a casi 40 empleados.

Un repositor de la sucursal de Diarco en Sarmiento 700 contó que, al llegar a trabajar esa mañana, fue sorprendido, al igual que sus compañeros, con la noticia del cierre de la sucursal mayorista. «Un rato más tarde vino el delegado y nos informó que también estábamos despedidos, que la empresa cerraba y se iba de Concordia», relató el empleado.

El trabajador comentó que, aunque la situación fue un golpe duro, ya sabían que algo así podría suceder: «Esto se veía venir. Lo hablábamos entre nosotros porque las ventas habían caído mucho, y otras sucursales en el país ya habían cerrado». A pesar de la incertidumbre, aseguró que, en su caso, podrá adaptarse porque vive solo, pero lamentó profundamente por sus compañeros. «La mayoría tiene familia y es terrible lo que están viviendo», dijo con pesar.

Este cierre, que afecta a decenas de familias, es parte de un drama social que se intensifica en Concordia, una ciudad que, lamentablemente, figura entre las más empobrecidas del país, con una pobreza superior al 52%. Este escenario es consecuencia de políticas públicas erróneas aplicadas durante años, que no lograron generar fuentes genuinas de empleo ni promover el desarrollo económico local. La falta de planificación estratégica para fortalecer el mercado laboral y mejorar las condiciones de vida ha sido un factor crucial en este estancamiento.

En la pasada gestión municipal, un consejo de la producción recomendó la creación de un «Observatorio Económico Regional», que debería haber sido una herramienta clave para la toma de decisiones informadas. Este observatorio habría permitido monitorear el producto bruto local y regional, lo que habría proporcionado a las empresas que buscan radicarse en la ciudad información clave para evaluar la viabilidad de sus inversiones en función del mercado local. Sin embargo, tanto el anterior intendente como el actual hicieron caso omiso a esta sugerencia, ya sea por desidia o desconocimiento.

Si se compararan los indicadores financieros de Concordia con los de ciudades más pequeñas de la región, los resultados serían sorprendentes. La falta de datos precisos y actualizados dificulta la planificación económica y la toma de decisiones empresariales, lo que agrava aún más la situación de la ciudad.

Por último, es necesario reconocer que, en una ciudad de aproximadamente 150.000 habitantes y con índices de pobreza tan elevados, el mercado no tiene espacio para competir con grandes cadenas de supermercados. En este contexto, el cierre de Diarco es solo un reflejo de las dificultades estructurales que enfrentan las pequeñas y medianas empresas locales en un entorno económico desfavorable.

Análisis Litoral

Redacción

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